“Entre Mundos”

Pulsónica - Producción Independiente - 2019

 

Reseña por Hugo Lagar

 

Repertorio

1. Ecuador (6:18) – 2. Tierra del Sol (4:08) – 3. El Sendero (4:05) – 4. Sueño Español (3:13) – 5. Ciclo Vital (5:28) – 6. Manglar (2:24) – 7. Nova Orbis (3:41) – 8. Cielos del Sur (5:27) – 9. Mares de Tiempo (5:23) –10. Peter Gunn (4:31). BonusTrack [en CD]: Na´Más (1:53)

Ficha Técnica

Integrantes: Jorge González (set de batería, timbal, bongó, kalimba) - Marcelo Tubio (guitarras eléctricas y arreglos para ensamble de cuerdas) – Tomás Sivadón (set de congas, xilófono y accesorios para percusión) & Jonathan Crevatín (Bajo eléctrico).

Invitados: Germán Suane (guitarra clásica) – Patricio Resico (bajo eléctrico en tracks 1,3, 5 y 8) – Ensamble de cuerdas (Matías Coban en violín, Leandro Siegler en viola y Mariano Poc en Violoncello).

Todos los temas fueron compuestos por Jorge González y Marcelo Tubio, salvo Track 10, que es de Henry Mancini. Arreglos pertenecen a Pulsónica.

Producido por Jorge González.

Grabado en Estudios El Pié y Estudios Orion (Buenos Aires, Argentina).

Técnicos de Grabación: Pablo Rabinovich, Nicolás Rizzo y Luciano Gordillo.

Mezcla y Mastering: Pablo Rabinovich.

Arte y diseño: Clip Image.

Fotografía: Tomás Sivadón.

 

Al concluir mi primera escucha de “Entre Mundos” –cuarto álbum de estudio de esta gran banda argentina-, lo primero que pensé es que se trata de una obra “progresiva” en el cabal sentido de la palabra. Consciente aún de lo que formular tal afirmación implica puesto que escribo esto en un contexto de cultores de cierto género musical (rock), donde la palabra tiene una carga emotiva muy profunda. Ahora bien… ¿no hubiera sido más sencillo empezar por exponer y describir otras cualidades del álbum? Seguramente, pero me permito entonces desarrollar mi inicial afirmación.

Había llegado el momento de la banda de embarcarse en la concepción del siguiente álbum, siendo que “Fuera de Tiempo” (su predecesor, 2015) fue realmente muy bueno y había situado al grupo en un estadio de madurez importante, siempre innovando e incorporando nuevos matices a una propuesta que ya desde “Movimiento Perpetuo” (su opera prima, del 2008) había nacido con personalidad y carácter fuerte. Con un trío afianzado (Cohen-González-Tubio) y bastantes años de mutuo conocimiento e interacción (ya sea en vivo o en estudio), al que sumaron un bajista (Juan Cusmano), quien afortunadamente “congenió” rápidamente en la banda y propuesta.

¿Cuál sería la apuesta ahora? Sobre todo en un contexto que presentaba cambios en su integración, tras la partida –primero- de Carolina Cohen y más tarde de Julián Cusmano. ¿Cómo darle un giro a la propuesta musical de la banda sin apartarse de su estilo que los caracteriza? Y la respuesta fue avanzar hacia un álbum más acústico y, para “redoblar” la apuesta, incorporar un ensamble de cuerdas, compuesto por violín, violonchelo y viola. Esto sí es una evolución, un paso adelante en la carrera de la banda. Esa que en la información que provee en las redes sociales y web pages, se autodefine como “un proyecto que combina rítmicas tradicionales afrolatinas con distintas corrientes del rock progresivo, siempre partiendo de un predominante trabajo percusivo, basado en el uso de las poliritmias, métricas impares, unísonos y sólos de percusión…” etc.

Entonces, en “Entre Mundos”, esa apuesta es la que han plasmado: un álbum de diez composiciones exclusivamente instrumentales (más un bonustrack solamente en el formato físico de edición, que merece una consideración aparte), en el que –en la mayoría de éllas- hay un protagonismo evidente del ensamble de cuerdas o bien de la guitarra clásica, responsabilidad asignada al invitado Germán Suane. Aún cuando se acredite al binomio Jorge González-Marcelo Tubio tanto la autoría de las composiciones como de los arreglos, se aclara que Marcelo fue quien asumió el rol de crear los arreglos para el ensamble de cuerdas. Este brilla en composiciones tan distintas como el corte de difusión “Ecuador”ó, por ejemplo, en “Tierra del Sol”, “Sueño Español”, “NovaOrbis”, “Cielos del Sur”ó también en la final versión de “Peter Gunn”; liderando en su faz melódica. Buen gusto en optar por guitarras clásicas y así obsequiar nuevos matices a la música de la banda, si de “El Sendero”y“Sueño Español” se trata (temas con un manifiesto sabor hispano-americano en su tratamiento); o bien en la exquisitez de aires folklóricos bautizada “Cielos del Sur” como así también, alternando momentos y climas, en “Mares de Tiempo”. Damas y caballeros, lo acústico mediante guitarra clásica y ensamble de cuerdas prácticamente transversaliza en manera superlativa la propuesta artística de Pulsónica aquí, dando un paso gigante, enorme y donde el calificativo de “superador” empieza a quedarles chico. El mérito está en los intérpretes pero también en “las calvas cabezas” (González-Tubio) que “cranearon” este conjunto de piezas.

A ver… esto no es nuevo en la trayectoria de la banda: a medida del lanzamiento de  cada álbum, la banda fue incorporando nuevos instrumentos en forma estable a su seno, más allá de los músicos invitados para cada ocasión discográfica. Es indudable que incorporar las “cuerdas” implica un sustancial cambio en el tratamiento de sonido, sin perder identidad. En todo caso, enriquecerla con nuevos matices, nuevos timbres, no sólo mera orquestación. Por eso, me permito afirmar y enfatizar su status “progresivo”.

Esto de interdefinir “incorporación” con “progresión” tiene en la banda otro detalle no menor: en “Fuera de Tiempo” (2015), la banda innovó con la inclusión de un cover: el famosísimo “Owner of a LonelyHeart” de Yes. Pero “innovar” en la dirección evolutiva: no ofrecer una mera copia calcada del mega-hit, sino más bien ofrecer una versión propia, con el estilo que distingue a la banda, llevándolo a otra dimensión que causó mucha curiosidad y afinidad en el público, a tal punto que incluyó un solo de la dupla batería-percusión y un tratamiento en los arreglos de guitarra eléctrica más cercanos a Carlos Santana, antes que a la “tradición rockera progresiva”, por llamarla de alguna manera. Pues bien, en este álbum, tenemos otra nueva “versión” propia de un “clásico ajeno”: “Peter Gunn” (Henry Mancini), eternizado por Emerson, Lake & Palmer. Pulsónica se vale del ensamble de cuerdas, una vez más, para “emponderarse” de esa pieza e incluso diferenciarse de sí misma. ¿Por qué? Ya desde el mismo momento en que empezaron a concebir este álbum (o quizás antes), la banda viene tocando en vivo “Peter Gunn” con obvio protagonismo de Marcelo Tubio en guitarra (cubriendo las partes que se le asociaban a Keith Emerson en sus teclados) o bien “reforzarse” de teclados cuando Marcelo Pijachi (Volvox) es invitado a subir al escenario a tocarla. Aquí, el ensamble es quien lleva la línea melódica, partiendo de una original introducción a la que luego se le suma la banda en sí. El denominador común entre una versión y otra es esa inconfundible performance rítmica que conforman Jorge y Tomás, el sello distintivo de Pulsónica. Mientras que las secciones destinadas a los solos es compartida en sociedad por la guitarra de Marcelo y el violín de Matías Coban. Bueno… en todo caso, Pulsónica lo que aquí hace es receptar y respetar la tradición progresiva: hacer propios hasta lo irreconocible temas de otros compositores. Algo a lo que Yes, TheNice y EL&P solían tenernos acostumbrados en los setentas.

Un paso adelante también a nivel “amalgama estilística”, combinación de distintos estilos y géneros musicales que conviven en Pulsónica, en razón de incorporación consciente de elementos del folklore argentino y –arriesgaría yo- latino americano, audibles en varios de los temas. Me encanta la manera en que esta amalgama se presenta en “Manglar”, con una percusión determinante y sin necesidad de batería. Y por supuesto que también en otra composición destacada del álbum: “Cielos del Sur” (reconozco quedar subyugado cada vez que la escucho). Abrió bastante el abanico de estilos de la “fusión” Pulsónica. Sus integrantes históricos reconocieron que ésta era una deuda pendiente en la música de la banda. Ahora podemos afirmar que es una “deuda pagada”. Más bien, diría yo, una inquietud y actitud de experimentación abordada y satisfecha. ¿Acaso no es esto lo que suele decirse “progresar”?

Tomar la decisión de lanzar un álbum “acústico” con pequeño ensamble de cuerdas fue también todo un desafío a nivel grabación, mezcla y edición, tanto como en todo aquello que hace a la producción general. Siendo Pulsónica una banda “independiente” en todos los sentidos de la palabra, no ha sido ésta una menuda ni sencilla tarea, en la ocasión. Tanto González como Tubio han manifestado en más de una oportunidad que “Entre Mundos” puso en evidencia su inexperiencia al respecto; y que fue el Equipo Técnico (encabezado por el afamado Pablo Rabinovich y junto a Nicolás Rizzoy Luciano Gordillo) quien jugó un papel importante en ayudarlos a concretarlo. No cabe duda que Pulsónica siempre se encuentra en “movimiento perpetuo”…

La excepción a la regla de todo lo que vengo afirmando la constituye “Ciclo Vital”, ese enigmático y cargado tema ejecutado sólo por el cuarteto (guitarra eléctrica, bajo, batería y set de percusión) con cierto añadido de teclados, como para darle la atmósfera enrarecida que lo distingue. Para quien recién toma contacto con la música de la banda, aquí puede descubrir una buena parte del su ADN musical. Exponente claro también de las influencias crimsonianas siempre presentes en las preferencias de varios de los miembros de la banda. Como me dijera Jorge González (en entrevistas de pre-producción que hicimos para la correspondiente emisión de mi programa radial “Los Especiales del Guardián de los Cielos”), “Ciclo Vital” viene a constituir el eslabón de la cadena entre el clásico estilo Pulsónica y esta nueva apuesta, llamada “Entre Mundos”.

Ahora, es turno de considerar otros aspectos, no por ello menores. Si hay un sello de fábrica en Pulsónica, esto es la dupla percusiva, ahora conformada por Jorge González y Tomás Sivadón. Ciertamente, los cultores de la banda quedamos bastante preocupados al saber que la querida Carolina Cohen se alejaba, poco tiempo después de la presentación del tercer álbum. Junto a Jorge formaban un pilar fundamental y era una dupla muy codiciada con la cual contar en cualquier banda o formación musical de que se trate. Y la elección recayó en Tomás Sivadón, quien ya desde el minuto uno causó excelente impresión. A tal punto que fue muy célebre la anécdota radial de la opinión de José María Blanc, quien señaló (justo en la noche debut de Tomás) que fue su performance la que más llamó su atención, en aquel show compartido junto a La Herencia de Pablo y Fobos. Todavía se escuchan los celos de Marcelo por allí… Ciertamente, Tomás tuvo tiempo de integrarse y conocer muy bien la idiosincrasia de la banda. Varios años que suponen aprendizaje y asimilación suficiente para arribar a la grabación de “Entre Mundos” en excelente forma y dar lo mejor de sí. Párrafo aparte son sus duetos con Jorge en el escenario y ahora tienen el vehículo perfecto para dar rienda suelta a su talento/locura: “Na´Más”, el bonustrack. Bah… siempre generaron los espacios, pero desde temas donde Tomás no había participado desde su creación misma y todo el proceso lógico de arreglos que le acompaña. Ahora sí, y en varias composiciones de este disco.

Otra partida, la del querido Julián Cusmano, también generó cierta incertidumbre. Sólo que aquí porque fue bastante arduo dar con un bajista apropiado para la propuesta de la banda y que cuente con la empatía y compatibilidad suficiente. Ésa que caracterizó más bien humanamente a Julián. Pasaron un par por el puesto y hasta MachyMadco se acercó a darles una mano temporalmente. Sólo que un problema de salud le dificulta tocar el bajo constantemente y el Stick no forma parte del ADN pulsónico. Pero, amigos son los amigos y el propio Machy trajo la solución: Jonathan Crevatín. El benjamín del grupo, recién llegado sobre el final de las sesiones de grabación para el álbum, tuvo tiempo y espacio para sumar servicios y se lo escucha en cinco de los diez temas:“Tierra del Sol”, “Sueño Español”,“Manglar”, “Nova Orbis”y la versión de “Peter Gunn”. Es por ello que se escucha en el rol a otro de los músicos invitados: Patricio Resico, quien ya había participado en la obra previa de la banda: el segundo álbum “Tribaloide” (2011). Aquí, se lo escucha en “Ecuador”[participó en el video de difusión], “El Sendero”, “Ciclo Vital” y “Cielos del Sur”. En este álbum, el bajo cobra también un protagonismo y se destaca ya sea con propios solos como, por ejemplo, en“El Sendero”y “Cielos del Sur”(Resico) ó bien en pequeños fragmentos dentro de los temas (Crevatín). Y el hecho de alternar entre Patricio y Jonathan en el puesto no deja de ser un reflejo de la historia misma de la banda, su dinámica, sirviendo “Entre Mundos” de perfecto testimonio discográfico que lo prueba.

 En la faceta gráfica, el formato físico (CD) ha sido editado en envoltorio digi-pack y cuenta con todo lo que el cultor espera: completa información de ficha técnica, listado de temas y su duración, sumando fotos del grupo y una estética enrolada en el concepto. El arte de tapa tiene mucho que ver en ello: la banda procuró trazar un paralelismo entre el Descubrimiento de América por los europeos-máxime si tomamos en cuenta los títulos de los temas, los estilos y los elementos hispano-americanos que sugieren las composiciones-y su propia apuesta.En sí, “Entre Mundos” representa eso: embarcarse en un viaje hacia nuevos horizontes musicales, hacia lo desconocido, enlazando nuevos estilos, donde las raíces folklóricas tuvieron lugar. Un viaje hacia lo nuevo que supone concebirlo acústico y añadiéndole un ensamble de cuerdas. Disculpen pero esto merece sumar elogios: “Entre Mundos” ofrece tal riqueza que yo me permitiría interpretarlo desde otro paisaje: así como está planteado en términos de un viaje, por qué no interpretarlo como escalar una montaña (Cordillera de Los Andes, por ejemplo)… donde vamos ascendiendo hasta llegar a lo que creo -personalmente-, considero es la cima: “Nova Orbis” y “Cielos del Sur”. Ambos temas son excelentes y la confirmación de haber logrado el objetivo de máxima, en términos de progresar de la banda. “Nova Orbis” constituye la síntesis entre la tradición Pulsónica y la nueva apuesta, en la que toda la instrumentación cobra protagonismo por igual y se pone al servicio mismo del tema, sin egos, virtuosismos bah sin excesos. “Cielos del Sur” es sublime en demasía y prueba cabal de su capacidad de re-inventarse a sí mismos, surcando por los océanos de la música folklórica con prestancia y sello propio. Perfecta y placida conjunción de guitarra clásica, batería, percusión, ensamble de cuerdas y un bajo, que hasta se da el lujo de ofrecer un pequeño solo. Y así, luego emprender el descenso (en calma) hacia el nivel del mar:“Mares de Tiempo”, que curiosamente es tocado solamente por los “históricos”: Marcelo y Jorge, sobre un previsible sonido-ambiente de playa. Turno de la fórmulaJorge González + experimentación en batería del álbum, sobre una secuencia de acordes proporcionada por Marcelo en su guitarra y los efectos sonoros marinos. Gran lucimiento. Y cerrar la cuenta con un viejo y conocido “préstamo”: “Peter Gunn”, versión de la que ya hemos escrito.

¿Cerramos la cuenta? Um… digamos que no para quienes adquieran este álbum en formato físico (CD) ya que hay un BonusTrack: “Na´Más”. Un duelo percusivo intenso entre Jorge y Tomás, sobre la base de un cubano. Como antes escribimos, un pretexto para dar rienda suelta a la locura y experimentación de ambos, con interesantes diálogos, que ya han tocado en un par de recitales sobre finales del año pasado (recuerdo haberlo escuchado en el BairesProg Festival X° Edición, Noviembre 2018), cautivando y dejando con las ganas de más por parte del público. Ahora sí, arribamos a puerto, tras una travesía de once escalas (muy heterogéneas pero de invaluable riqueza) y buenos vientos.

Habiendo “amarrado ya”, hay un único interrogante que sobrevuela y hasta puede decirse que es “externo”, “ajeno” al análisis de esta obra de estudio: ¿Cómo sonarán en vivo los temas de “Entre Mundos”? Tenemos, a esta altura, una primera respuesta de parte de la banda: su presentación oficial será en un teatro, en formato de septeto, sumando tres músicos invitados (estimamos que será un pequeño ensamble de cuerdas o bien optar por teclados más Germán Suane en guitarra clásica y un instrumento de arco) quienes tocarán a lo largo de todo el show. En las propias palabras de Jorge González, será la primera y quizás la única vez que lo harán así. ¿Después? Es un hecho que solo algunos temas (por lo intrincado y la complejidad de la instrumentación participante en el disco) tendrán aptitud suficiente para ser “re-arreglados” y ejecutados en futuros conciertos, ya en formato cuarteto. Por mencionar alguno, es seguro que “Ciclo Vital” será de esa partida. O bien puede suceder como en el caso de Yes con su segundo álbum de estudio “Time And A Word” (1970), donde la guitarra eléctrica y los teclados cubrieron o sustituyeron en vivo las partes originalmente a cargo de la orquesta. Pero ésa… ésa es otra historia. Ahora disfrutemos de “Entre Mundos”.

 

Desde El Lado Sur del Cielo

Mayo 1° del 2019