Yes
Las Sesiones de Paris – 1979
Por Hugo Lagar
Luego de un breve receso, que fue aprovechado para que Steve Howe y Rick Wakeman editaran sus respectivos álbumes solistas (“The Steve Howe Album” y “Rhapsodies”), a fines de 1979 YES tenía agendado tiempo y un lugar (Paris, Francia) para la grabación del sucesor de “Tormato”, si bien -en principio- su colaborador Jim Halley fue comisionado para buscar una locación en el sur de dicho país. Este último álbum en estudio no había dejado conforme a nadie artísticamente (siendo producido por la banda misma), pese a lo cual fue disco de oro en el Reino Unido y de platino al otro lado del Atlántico (E.E.U.U.).
Procurando no repetir la experiencia de “Tormato” y con la vista puesta en alcanzar un mayor suceso comercial, a YES le fue asignado el prestigioso y exitoso productor Roy Thomas Baker y una reubicación más central, en París. Una vez iniciadas las sesiones, pronto se hicieron presentes las molestias y el fastidio: a) el traslado desde el Hotel al estudio de grabación –factor de stress, alterándolos por el tráfico habitual en una mega ciudad-; b) lo inapropiado que resultaba el estudio asignado (el cual nunca albergó una gran banda de rock) y la falta de afinidad con el productor constituyeron una parte del obstáculo. Jon Anderson no parecía estar conforme con la labor y orientación que Roy Thomas Baker quería darle al álbum[1]; y Rick Wakeman, su fiel aliado, lo secundó en la disidencia, haciendo causa común.
La otra parte, más grave, estuvo dada por conflictos existentes dentro de la banda: para empezar, se advertía cierta reticencia al material presentado por Jon por no considerarlo “muy contemporáneo”, en las “elegantes” palabras de Chris Squire; material que mayoritariamente contaba con la co-composición de Rick en la música. Se hizo evidente que la dupla Anderson-Wakeman circulaba por un andarivel compositivo y la del trío Howe-Squire-White por otro distinto. “Estamos tocando demasiado rock and roll. No es lo suficientemente sutil. No es muy delicado.”, opinaba entonces Jon Anderson[2]. En el año 2000, entrevistamos con Andrés Valle a Rick Wakeman, para la Revista Mellotron, y cuando llegó esta etapa en nuestro cuestionario, Rick nos confesó que era “… una pena, porque eran buenas canciones. Eso fue frustrante para Jon, más que nada. Fue la única vez que ví a Jon llorar. Fuimos a un bar y lloró. Es como si hubieran lastimado a su hijo. Creía tanto en él, y parecía como si lo estuvieran despedazando, llevándose las piezas que eran las adecuadas para la banda. Nunca voy a olvidarme de eso. Y creo que, en el estudio, Yes nunca lo recuperó. Creo que en escena sí lo hizo, en el tour de Union, y en el de Anderson, Bruford, Wakeman & Howe.”[3]
Canciones como “Some Are Born”, “You Can Be Saved”, “Richard”, “Golden Age”, “Everybody Loves You” y la brevísima “Days” representaban una cierta continuidad estilística con el material que había sido grabado en “Tormato”. De haber proseguido con el proceso de grabación y un poco más del “tratamiento Yes” en los arreglos, potencialmente podrían haber contado con el beneplácito de los fans del grupo. Agreguemos la acústica “Picasso” y ”Tango” -canción algo atípica a la tradición Yes-; y seguro que, en el caso de la última, se vislumbraba como toda una novedad y “aire fresco”, con los protagonistas encargándose de imprimirle su impronta estilística para no resultar más rara de lo que ya sugería en su esencia [Supongo que, de haber prosperado, hubiera sido elegido como single]. Lo mismo podría decirse del otro material (proveniente del trío) en lista “Countryside” y “High”–cuya música sería empleada por Steve Howe para otros proyectos, más adelante-; ó “Crossfire”, Dance Trough The Light” (embrión de “Run Trought The Light”) y “Everybody´s Song” (de intro “crimsoniana”, liderada por el bajo de Chris, para luego dar paso a las bases de lo que escucháramos en álbum “Drama” -1980- bajo el título “Does Really Happen”); que nos ejemplifican la tendencia preferida por el trío que finalmente permanecería[4] y se uniría a The Buggles, para el efímero intento de supervivencia que significaría la Etapa Drama.
Volviendo al material grabado en las sesiones de 1979, ciertamente unos y otros -pese a hacer el esfuerzo de acortar su duración (a diferencia del pasado discográfico)- se situaban en las antípodas de los cánones de la moda que caracterizaría al rock & el pop de principios de los ochentas, las intenciones netamente comerciales de los Sellos Discográficos (al ver las fabulosas ventas que alcanzaron Fleetwood Mac, con “Rumours”, y Peter Frampton con “Comes Alive”), además del propio terremoto que la aparición del punk había causado[5]. Personalmente, no puedo advertir dónde está la labor del Roy Thomas Baker como productor y termina dándome la impresión que NO era el indicado para este difícil rol. Tan sólo pensemos que –en circunstancias “normales” y pacíficas de grabación de un álbum, como lo fue “Going For The One”, ó la complejidad misma de ciertos temas, por ejemplo- ya de por sí generan suficientes tensiones y eternas discusiones sobre cuestiones técnicas o musicales propiamente dichas. Ni que hablar cuando el contexto se presenta con relaciones desgastadas, ideas no consensuadas en cuanto a dirección y un momento totalmente inoportuno.
La tensión latente se profundizó aún más cuando Jon y Rick acudían al estudio puntualmente en el horario, mientras que el resto de la banda y Roy Thomas Baker asistían, quizás, una hora más tarde de haberse despertado. Así, se hizo costumbre en Jon & Rick concurrir al bar a lamentarse y deprimirse por la situación: “empezamos a llorar en los hombros del otro…” decía el tecladista, a la par que su compañero manifestaba que se había comenzado a perder el respeto de unos hacia otros y que “… ésta no era la banda que yo amaba”.
Estaba claro que el último bimestre de 1979 no era la mejor ocasión para que YES se embarcara en un proyecto discográfico, sucesor de otro que los había dejado insatisfechos y con una serie de extensas giras, incluso hasta sin un álbum que promocionar. A las causas mencionadas se suma el insólito final de este capítulo [perfecto pretexto para dar por abortada la tentativa “francesa” de grabar el próximo álbum]: Alan White había salido a andar en rollers (patines) y se quebró su tobillo, dando por finalizadas así las sesiones y dejando sin efecto el proyecto. Corrían, a esa altura, las fiestas navideñas de Diciembre de 1979 y todos retornaban a pasarlas en sus casas.
Un previsible compás de espera se presentaba como la mejor alternativa, en la esperanza que los acontecimientos en el seno interno de la banda se re-encausaran en el venidero año 1980. Pero una acalorada discusión de cuestiones económicas echó por tierra toda posibilidad y con Anderson despedido por sus compañeros; quienes esperaban la respuesta desde Londres por parte del rubio tecladista (radicado en Suiza por razones impositivas). “No es un quinto el que se fue. Es un gran pedazo de la banda. Si queríamos seguir llamándonos YES, entonces estábamos en un gran problema.” dijo Rick. Más claro, imposible.
El capítulo siguiente es bien conocido, al igual que el retorno que supuso a partir de 90.125 y con Trevor Rabin en sus filas. Las “canciones de Paris” vieron la luz de muy diferentes modos y tiempos: “Some Are Born”, “Everybody Loves You” y “Days” fueron las primeras, editadas en el segundo álbum solista de Jon Anderson, “Song Of Seven” (1980); “Everybody´s Song” se convirtió en “Does Really Happen” y apareció en “Drama” (Yes, 1980), bastante modificada por la nueva formación. Éstas y la mayoría del resto de las canciones o demos rescatables se conocieron oficialmente en las re-ediciones remasterizadas, ya en este siglo XXI, para el Sello Rhino correspondientes a los álbumes “Tormato” y “Drama”, además del recopilatorio “In A Word… Yes”. Es obvio también que desde hace varias décadas andan circulando por el mundo las ediciones piratas, siendo muy conocidas las tituladas “Golden Age” ó “Paris Sessions 1979”
Fin de la Primera Época de Yes y ya nada volverá a ser igual. Tampoco la vuelta de la formación clásica en 1995-1996 para “Keys To Ascension”, ni la fugaz magia e ilusión del re-encuentro para el “Full Circle Tour” (2002-2003) y la Gira del 35ª Aniversario (2004), con el obsequio de la faceta acústica de “Show Me” y otros viejos clásicos en dichos conciertos a través de “Songs From Tsongas” [DVD–Disc 2, 2004], Bonus Disc (III) en el álbum recopilatorio de Rhino “The Ultimate Yes Collection” [2004] y el DVD “Acoustic. Guaranteed No Hiss” [2005].
Hugo Lagar, 4 de Mayo del 2013.
NOTA: Además de las expuestas en las notas, se consultó la obra de CHRIS WELCH “Close To The Edge”. The History of Yes. Omnibus Press. London, 2000.
[1] Muchos años después, en una entrevista con John Bollenberg, reconocería –en una pregunta sobre considerar si fue un evento doloroso partir de Yes- que “…no sentía odio hacia la banda o algo, ya que fue una vez más la compañía discográfica la razón principal para que todo vaya mal. Antes que nada ellos querían abusar del poder del nombre ´Yes¨. En segundo lugar querían que Yes se convirtiera en una máquina de hits, Por eso es que nos dejaron trabajar con el productor Roy Thomas Baker y todo salió mal. Baker hizo millones convirtiendo a The Cars en un monstruo hacedor de dinero. Él es más conocido y respetado por su trabajo con Queen y las multicapas de voces, pero Yes ya había grabado esas situaciones vocales con alguien como Eddie Offord años antes. Lo único que la compañía quería con nosotros era convertirnos en una banda pop comercial ofreciendo hits. Seguro que esa idea no puede llevar el nombre de Yes escrito…”
Bollenberg, John. “Jon Anderson” Entrevista y fotos. Mellotron Magazine. Año 7º Nº 31. Buenos Aires, Agosto del 2003.
[2] De “Yes. Un recorrido por su historia”. Edición Especial de la Revista Mellotron, con motivo de los shows del “Open Your Eyes Tour”, en su paso por Buenos Aires. Mayo de 1998. Pág. 14. De hecho, la opinión completa de Chris Squire fue “Pareciera que Jon quería tener esta distancia, un cierto toque angelical con todo, lo cual obviamente no era muy ´contemporáneo´ para decirlo de una manera elegante.”
[3] Revista Mellotron. Año 4º, Nº 28. Buenos Aires, 2000
[4] Ciertas opiniones de Chris Squire dan cuenta que los demos de “Tempus Fugit” ya habían sido expuestas durante la sesiones de 1979, pero las versiones re-editadas datan de los ensayos con y para la formación de “Drama”. Incluso, en las re-ediciones de Rhino, puede escucharse a Trevor Horn balbucear palabras o canturriar verbalmente las melodías; lo cual demuestra que la versión evoluciona dentro del seno de dicha formación y no la “clásica”. Tampoco hay datos fehacientes que demuestren que “Have We Really Got Throught This” (versión instrumental acreditada a Howe) data de tales sesiones. Tema que finalmente conocimos en su versión cantada en vivo (“Go Through This”), Gira de Drama en 1980, y editada en el Box Set “The Word Is Live” (Disco 3, Track 3) de Rhino Records, 2005
[5] Ni que decir si de las canciones “In The Tower” ó “Friend Of A Friend” nos referimos; registros que -considero- llegan a nuestros oídos en calidad de demos pero de ninguna manera como tomas definitivas.