Yes
"Drama"
Por Hugo Lagar
1
Introducción
Ciertamente,
hace varios años que tengo la idea de escribir una reseña sobre el “Período
Drama” de la historia de esta seminal banda del Rock Progresivo y su
correspondiente álbum. ¿Y por qué ahora? [1]
Sencillo: Por estos días, oficialmente ha trascendido la noticia que el
tecladista Geoff Downes ha vuelto a
Yes y participará del nuevo álbum, “Fly
From Here”, producido por su amigo y ex compañero de The Buggles y Yes,
Trevor Horn[2],
y su correspondiente gira. Es decir, el retorno de la formación “Drama”, en
cierto sentido, al grupo. Paralelamente, de las maneras más diversas y
especulativas, trascendió también la desvinculación de Oliver Wakeman (quien
se ocupó de los teclados durante el ciclo 2008-2010, en la extensísima gira
“In The Present Tour”) y que tampoco se sabe si lo escuchará en el nuevo álbum,
en cuyo proceso de grabación participó[3].
La
declaración que Yes emitió en su página oficial literalmente expresa, en
ocasión de anunciar una Gira Norteamericana de veintidós fechas junto a Stix:
“Yes - la banda prog-rock legendaria, ganadora de un premio Grammy, que ha
definido a una generación- estará en gira apoyando su nuevo álbum “FLY FROM
HERE”, a editarse por Frontiers Records el 12 de Julio. YES presenta la
alineación con el guitarrista Steve Howe, el bajista Chris Squire, el baterista
Alan White y el cantante líder Benoit David. Yes estará reuniéndose con el
tecladista Geoff Dwones para este tour”[4]
Lo
concreto es que “Drama”, a partir de este momento, es un capítulo que
registra visiblemente dos etapas o fases, para sorpresa o no de los fans, en
esta larga pero para nada aburrida historia de Yes: la Etapa originaria
(1980-1981) y este nuevo capítulo que se abre a partir de la noticia antes
mencionada (2011-…). En esta oportunidad, escribiré sobre la primera etapa, a
la que bautizaré “Drama” ó “El
Período “Buggles”, como suele
llamarlo Chris Squire, dejando para más adelante el análisis de la nueva
etapa.
2
Drama
[“The Buggles´s Period”] (1980-1981)
A
lo largo de los años, frente a tanta crítica periodística negativa que he leído
sobre el álbum o período en particular, siempre me he preguntado qué valor o
crédito puedo darle a tales opiniones, reseñas o comentarios, cuando la obra
discográfica en sí me gusta y mucho. Llevando esto a charlas, mesas de café
con amigos, aficionados del Rock Progresivo y/o de Yes en particular, las
respuestas recibidas siempre tuvieron y tienen el tenor
de “es un buen disco”, “lástima que no están Anderson y
Wakeman”, “el problema es que Jon es insustituible”, “no podes comparar
la voz de Horn con la de Jon” y otras por el estilo, sin mención alguna al
Geoff Downes (es como si él no existiera o pasara desapercibido en absoluto).
Los más avezados en el conocimiento de la historia de Yes, al manifestarse,
distinguen perfectamente entre el álbum en sí (algunos no lo consideran mal álbum,
otros un muy buen álbum; pero, en ambos casos, sí muy distinto –o nada que
ver- con la producción previa) y las presentaciones en vivo con dicha formación;
con obvio rechazo por lo segundo.
Así
las cosas, creo que hay dos perspectivas desde las cuales dar tratamiento al
“Período Drama” propiamente dicho, incluyendo respectiva obra discográfica.
A saber, considerándolo: a) en su momento exacto de existencia (“en su
tiempo”); o bien, b) desde el presente o a través de los años posteriores
(“en retrospectiva”). De modo que ése será el criterio con el que realizaré
el análisis-reseña-comentario del periodo y álbum de referencia.
2.a
Drama en
su tiempo
2.a.1.-
Las Sesiones de Paris (1979) y el contexto desencadenante. Al
comenzar la década de 1980, el estado de situación de YES no era precisamente
el de un lecho de rosas. El rock sinfónico, como movimiento de moda, estaba
pasando a cuarteles de invierno y el Punk lo vivía desfenestrando, a la par de
erigirse como la música del momento. En el seno de la banda, las cosas tampoco
venían bien desde la época de “Tormato”
(editado en 1978). El álbum había funcionado comercialmente bien pero artísticamente
no satisfizo a nadie del grupo. No tenía una dirección bien definida, Rick
Wakeman y Steve Howe competían en la ejecución de sus instrumentos y las
canciones no tenían un nivel parejo. Todo esto acabo por desorientar a los
fans. Contrariamente, sus performances en vivo (1978-1979) eran exitosas y el
grupo deslumbraba en cada show, con el escenario giratorio, una puesta de luces
y sonido cada vez mejor. Luego de una pausa en 1979, que Wakeman y Howe
aprovecharon para sacar sus álbumes solistas, las expectativas estaban cifradas
en la grabación del siguiente álbum de estudio pero tampoco estas sesiones
prosperaron. Jon Anderson trabajaba en dupla con Wakeman (al igual que en el álbum
mencionado), mientras que el trío Howe-Squire-White prefería trabajar las
composiciones colectivamente. El mal clima generalizado reinaba en el seno de la
banda y ni siquiera la propuesta de Brian Lane (manager de Yes), de traer al
exitoso productor Roy Thomas Baker –conocido entonces por su trabajo con
Queen- y grabar en Paris, tampoco funcionó. Finalmente, como irónicamente se
dijo, a causa o gracias a la fractura del tobillo de Alan White, todo se
suspendió y parte de la banda
retornó a Inglaterra. Testimonios de las sesiones de Paris pueden escucharse en
algunas canciones del recopilatorio “In
a Word… Yes” (Rhino, 2003), las re-ediciones con bonus tracks de los álbumes
en estudio “Tormato” y “Drama”,
(Rhino, 2004) y en el segundo álbum solista de Jon Anderson, “Song of
Seven” (1980).
Una
vez en casa, con un álbum inconcluso y gira norteamericana agendada y vendida
para 1980, Anderson propone un compás de espera, mientras el trío
Squire-Howe-White (por sugerencia de Roy Thomas Baker) se encierra en un estudio
para continuar las sesiones de ensayo y composición [más tarde conocidas como
“las sesiones de invierno”]; a la vez que Wakeman permanece en Suiza. Las
peleas entre algunos miembros por cuestiones financieras termina desencadenando
la partida de Anderson. Y, junto a él, la de Wakeman, por solidaridad con su
amigo y entender que “…No es un quinto el que se fue. Es un gran pedazo de
la banda. Si queríamos seguir llamándonos Yes, entonces estábamos en un gran
problema”[5]
.
2.a.2.-
“We Can Fly From Here” ó El encuentro Yes-The Buggles. Entonces,
corría Marzo de 1980. Yes, reducido a trío ahora, seguía ensayando y
componiendo en un pequeño estudio londinense, llamado Rodam, mientras que
“The Buggles” (Trevor & Geoff) ensayaban
en una sala contigua, de cara a la grabación del álbum. Esta vecindad lleva a
que éstos últimos se acercaran a preguntarle al manager Brian Lane si podría
representarlos. Y fue Lane, precisamente y al aceptarlos, quien les sugirió a
Trevor y Geoff (grandes admiradores de Yes) que compongan material para la banda
pues no contaban con muchas canciones. Chistes aparte de Alan White, en torno a
quien trasponga la puerta del estudio formará parte de la banda, más la
curiosidad por conocerlos por parte de los Buggles, lo concreto es que Yes
necesitaba urgentemente completar su formación y “We
Can Fly From Here”[6]
–la canción propuesta por Trevor Horn- parece que resultó efectiva para que
todos entraran en tratativas para el arribo de The Buggles a Yes.
Desde
luego que calzarse los zapatos de Jon Anderson y Rick Wakeman no era una decisión
fácil para cualquier músico, por más que fueran Nº 1 en los rankings de ese
momento (con el single “Video Kill The
Radio Star”). Trevor Horn era bien consciente de ello, lo mismo que Geoff.
Sólo que la situación de éste último era algo más holgada porque
tecladistas entraban y salían, o incluso retornaban a la banda[7].
Las tratativas seguían su curso, lo mismo que las discrepancias entre Horn y
Squire en cuanto a asumir el rol de vocalista por parte del primero. Pero,
ciertamente, una vez que se te presenta una oportunidad así (integrar uno de
los supergrupos de la historia del Rock): ¿Quién sería capaz de
desaprovecharla?
Desde
otro punto de vista, The Buggles miraban atentamente la gran ola de confusión
que el trío vivía por ese entonces. La opinión de Geoff, brindada a Chris
Welch para su libro “Close To The Edge.
The History Of Yes”, es clara al respecto: “La situación era que
Anderson había partido y Wakeman no iría a hacer nada sin Anderson…Ellos
estaban confundidos porque un montón de personas les estaban sugiriendo, en
aquel momento, orientaciones. Estaba bien hacer material como trío pero bandas
como Yes están orientadas a la composición. Fue principalmente idea de Chris
alistar la tropa otra vez. Jon se había ido para integrar Jon & Vangelis y
aquello tomó mucho de su tiempo. El ánimo, incluso, era muy malo porque el álbum
previo –Tormato- fue realmente un porrazo y finalmente no funcionó muy bien.
Fue su peor álbum, en términos de la carrera de la banda. Éllos estaban
buscando volver a reconstruir el panorama total. Una vez que nosotros escribimos
una canción, fuimos al estudio y comenzamos a trabajar con ellos. Y fue una
manera de partir desde allí.”
Días
más tarde, The Buggles trasladaba su equipamento al estudio contiguo y -aunque
Trevor Horn mantenía su convicción en orden a su inviabilidad de sustituir a
Anderson- la química entre los cinco surgió en los ensayos[8].
La séptima formación de Yes empezaba a escribir su propia página en la
historia de esta legendaria banda.
El
trío contaba con varios demos en ese formato (“Las Cintas del Invierno de
2.a.3.-“Drama”, el álbum. Con fecha de edición el 18 de Agosto de 1980, el disco arranca 2º en el ranking inglés y obtiene certificación de oro en E.E.U.U. . Esto es, comercialmente bien. Como en las viejas épocas en las que -al comprar el vinilo- uno empezaba por apreciar el arte de tapa y diseño/sobre interno, “Drama” te hace pensar que el grupo ha vuelto a las fuentes, con el retorno de Roger Dean –luego de dos álbumes de ausencia- a hacerse cargo, con sus paisajes fabulosos, iconos y logos en el diseño. En tal sentido, el álbum suma artísticamente.
Habiéndose realizado el anuncio del arribo de The Buggles a Yes en el mes de Mayo de 1980, recién con la edición del álbum –llamado así por lo dramática que era la situación en ese entonces- cabe reparar en lo esencial: la música. ¿Qué puede esperarse de la asociación entre consagrados músicos de un estilo en extinción y dos jóvenes recientemente muy exitosos con un single (Video Kill The Radio Star) y su correspondiente primer álbum en estudio (The Age Of Plastic), pertenecientes al mundo del pop?
El
álbum comienza con una larga canción (10:37), dividida en tres secciones,
llamada “Machine Messiah” y la
tradición progresiva parece proseguir, salvo por un sonido un poco más metálico
y pesadito que se evidencia ya desde su introducción. Cambios de ritmos,
alternancia de climas e instrumentación (de pasajes densos a la introductoria),
versatilidad, buena interacción y dinámica instrumental demuestran que la
calidad musical está intacta en su dimensión; y sólo en el contenido de la
letra -mucho más directo, concreto y sin la espiritual, ni mística ó
intangible inspiración- radica la diferencia. Característica (letras) que se
conservará en las subsiguientes canciones. En los posteriores años, se la
reconocería como muy buena canción, sin llegar al status de clásico. Pero
entonces, a mediados de 1980 y por la trayectoria previa del grupo, para una
gran parte de la comunidad de fans cayó como un balde de agua helada.
“Man
in a White” se presenta como un
breve interludio buggleniano, cuya letra está dedicada a Gary Numan. Si se
presta atención a su respectivo bonus track (Edición remasterizada por Rhino,
2004), se apreciará los cambios por los que dicha letra atravesó. Pero no en
cuanto a su estructura melódica, basada esencialmente en teclados y a la que
solamente –en la definitiva versión de estudio- Steve Howe aporta arpegios en
guitarra acústica y Alan White unos pocos redobles.
Luego
de esta corta pieza calma, se vuelve al estilo propiamente dicho del álbum con
un tema que registra antecedentes desde la época con Jon Anderson y Rick
Wakeman (identificada como “Everybody´s
Song”[10])
y que el trío sobreviviente venía ensayando instrumentalmente (escuchar los
demos). Finalmente, la nueva formación termina de redondearla: “Does
It Really Happen?”, con letra completa y nueva interpretación de
teclados. Esencialmente, es una canción pop pero al estilo “Yes”, con un
ritmo ganchero y un tratamiento en las guitarras más metálico, sin llegar al
extremo del hard rock. El bajo es protagonista y predomina desde el inicio y a
lo largo de la canción, mientras que los teclados acompañan perceptiblemente,
alternando pasajes entre el pop y el progresivo. La coda instrumental final
(minuto 5:10 en adelante) es lo más cercano a progresivo que la canción puede
ofrecernos, en su estructura, con una interpretación de bajo y teclados
sobresaliendo. Bien explotada, hubiera constituido una buena oportunidad para
una zapada extensa durante las presentaciones en vivo. Hecho que, escuchando los
shows, no sucedió.
En
aquel entonces, el Lado B arrancaba con “Into
The Lens”. Extraña canción que obtuvo la condición de single (junto a
la anterior canción como cara B), a la vez de merecer un videoclip, que
empezaba a ser moda de promoción por entonces. Adhiriendo a la opinión de
Chris Welch, en su descripción, ésta es la canción más inusual y original
del álbum[11],
donde la colaboración grupal y el tratamiento YES en los arreglos es la clave
para entenderla. Algo que vagamente podría calificarse de aire a tango en su
introducción teniendo al bajo como guía, “martillado” de piano y
redoblante; primer estrofa apoyada sobre un acompañamiento en piano y teclados
–matizados por aislados solos de Howe en su Fender Telecaster- y el ingreso más
dinámico de la banda a continuación, alternando calmos pasajes con complejas e
intrincadas partes rítmicas en lo instrumental; todo ello, sumando un buen
trabajo vocal a dúo Horn-Squire [más la incursión de Downes, empleando el
vocoder] es la mejor descripción que puedo ofrecer de esta otra canción más
larga pero más rara del álbum (8:31). Lo curioso del caso es que, un año más
tarde y para su segunda producción discográfica en estudio (“Adventures in a Modern Recording”), The Buggles la retoma
nuevamente bajo el título “I´am a
Camera” y con un estilo mucho más proclive al pop. Esto lleva a Chris
Squire –muchos años después y en ocasión de hacer el comentario
introductorio al respectivo video de la canción, en la Edición VHS “Greatest
Video Hits” (1991)- a ponerla de ejemplo, para apreciar cómo es el
“tratamiento Yes” de las canciones, antes que éstas vean la luz.
“Run
Throught The Light” sigue en orden y es interesante escuchar cómo evoluciona
desde un demo prácticamente instrumental de bajo, guitarra y batería, pasando
por una versión con sólo teclados y base, más un estribillo machacante –en
definitiva, un demo algo intrascendente, titulado tentativamente “Dance
Through The Light”-, hasta la canción que definitivamente se escucha editada.
Su ritmo varía por partes según se desarrolla la canción; Chris Squire al
piano y Geoff Downes en sintetizadores y demás teclados nos ofrecen una
interesante ejecución, no exenta de efectos y detalles; mientras que Steve Howe
se reparte su labor entre arpegiados en mandolina y filosos solos con su
guitarra Gibson Les Paul, además de acompañar cuando llega la parte de
estribillo. Pero es Trevor Horn quieren verdaderamente se destaca con una
interpretación vocal muy inspirada y tocando el bajo admirablemente, en una de
las muy escasísimas veces en la historia de Yes (en ese momento, la primera)
donde Squire cede su principal rol. Canción que también fue cortada como
single edit, acompañada de “White Car”, en Enero de 1981.
El
momento final del álbum está reservado para su canción sobresaliente y punto
alto en futuros shows (sea interpretada como canción –sólo en dos giras- o
formando parte del solo de bajo y batería -“Whitefish”-),
en orden a la participación del público: “Tempus Fugit”. Una canción en
la que Chris Squire venía trabajando desde 1979 y que resume en poco más de
cinco minutos (5:14) el espíritu colectivo (grupal) de interpretación en la
veta progresiva que la banda puede dar. En ella, uno podía advertir el
potencial de esta formación, como también el hecho de estar a la altura del
nivel artístico de la banda. Squire lidera todo el tiempo en el tema, tanto con
su bajo como cantando a la par de Horn, mientras que Geoff Downes desplega todo
su virtuosismo en los teclados, a la vieja usanza de Yes[12].
Una canción, de notable dinámica e interacción instrumental, que obra de
broche de oro para un álbum que no fue valorado por sí mismo, sino bajo el
yugo de las circunstancias y el peso de una trayectoria a la que –para mi
gusto-admirablemente desafió.
Considerando a “Drama” globalmente, se trata de una obra discográfica homogénea, coherente, con una definida y distintiva orientación musical. Mucho más contemporánea y “aggiornada” a la década que estaba comenzando que la tendencia evidenciada por los temas que integraban las sesiones de Paris (1979), a cargo del productor Roy Baker Thomas. Se acredita la producción a la banda en su conjunto y al reaparecido Eddie Offord las correspondientes a las “Backing Tracks”, pero no me cabe la menor duda que Trevor Horn tuvo mucho que ver en ello.
Por
otro lado, como en otras oportunidades, el grupo atribuyó los créditos de
composición en forma colectiva y no se evidencia aquí una lucha de egos, como
suele afirmarse siempre de Yes. Tal vez, a modo de detalle, si es algo evidente
que Chris Squire asume un protagonismo tanto al tocar el bajo como en el canto a
la par con Trevor Horn, a lo largo del álbum. También lo es que Trevor Horn
corrió con la responsabilidad de las letras –como señalan ciertos
testimonios de época-, aunque no me extrañaría que Chris Squire haya
contribuido también en ese terreno.
El
drama de “Drama” fue que, por las circunstancias, se trató de un álbum
“apurado” (como siempre reconoce Squire): Yes tenía pre-agendada una gira
por Norteamérica y llevaba dos años sin publicar un álbum de estudio, en una
época donde los músicos acostumbraban a editar un disco por año o año y
medio, como máximo. Las sesiones de 1979, con la formación clásica, habían
fracasado y el grupo necesitaba urgentemente material nuevo y fresco para
ofrecer al auditorio. Esa fue la triste verdad de entonces y la prensa no juzgó
el álbum por sus propios méritos, sino desde la perspectiva de una banda, cuya
integración no era la que deseaba ver: la “clásica”, perenne en las
figuras de Anderson, Howe, Squire, Wakeman y White.
2.a.4.- “Drama Tour”. Extremadamente cercana a la edición del álbum, Yes se embarca con una gira por Norteamérica (U.S.A. y Canadá), debutando en Maple Leaf Garden, Toronto, el 29 de Agosto de ese mismo año y extendiéndose durante los meses de septiembre y octubre, con un total de 44 presentaciones. Luego, llegó el turno de la parte británica de 23 conciertos (entre los meses de noviembre y diciembre), que se extendió hasta la semana previa a las fiestas navideñas (18/12). El dispositivo de la gira contaba con una escenografía distinta pero el mismo personal y equipo de sonido. Muchas de las fechas de la parte norteamericana ya estaban vendidas con localidades agotadas previo a los cambios de personal; pero, una vez conocidos éstos, mermaba la cantidad de público asistente al show.
A nivel repertorio de gira, las circunstancias determinaron una
modificación drástica en la lista de temas. Obviamente, estuvo basada en
canciones de “Drama”, que estaban promocionando, a los que se añadieron dos
temas que no llegaron al disco: el ya mencionado “We
Can Fly From Here” y la rockera inédita “Go
Through This” (un originario instrumental, conocido como “Have We Really
Got Through To This” en los demos del trío, al que Trevor Horn supongo que le
agregó la letra). A ello, se agregaron momentos solistas de Steve Howe (“The
Clap”), Downes (con un mix entre “Man in a White Car” y un instrumental de
“Video Kill The Radio Star”) y la dupla Squire-White (“Amazing Grace” y
“The Fish”)[13];
temas de “The Yes Album” y un puñado de canciones de la era con R. Wakeman
(“Parallels”, más los infaltables de siempre: “Roundabout” y “And You
And I”). Fue una propuesta bastante buena, teniendo en cuenta que no podían
repetirse con los clásicos por lo cercano de la gira que culminó en 1979 y la
existencia de un nuevo disco que promocionar.
La gira, en términos de un balance, tuvo ambivalentes resultados: la
parte norteamericana fue un palpable suceso, obteniendo un certificado
conmemorativo en el Madison Square Garden de Nueva York, que acreditaba a las
presentaciones en dicho lugar (4, 5 y 6 de Septiembre de 1980) como las más
grandes de su historia. Las performances instrumentales eran las de siempre, con
Steve Howe tocando con el nivel de siempre; Chris Squire y Alan White en una
performance muy superior a las giras previas –algo que los sorprendió y que
siempre reconocieron más tarde-. Geoff Downes ocupado por mantener el status de
su desempeño en teclados a la altura de la tradición y, a la vez, tratando de
aportar cierto grado de personalidad propia en la interpretación, cada vez que
las canciones del repertorio de álbumes previos se lo permitiera. “Yours Is
not Disgrace” y “And You And I” se las escuchaba igual que siempre,
“Roundabout” o “Parallels” contaban con sutilezas o detalles en los
solos muy propios de él, sin que menguara en la estructura de ambas canciones.
Su situación era comprometida, difícil, pero no al nivel de su amigo Trevor
(ambos estaban en el ojo de la tormenta, bajo la mirada atenta de todos)[14].
Trevor Horn fue el blanco de todas las críticas. Su performance vocal
fue buena en los temas de “Drama” y los dos inéditos; pero no tan así en
los temas que cantaba Jon Anderson, por más que Chris Squire trataba de
ayudarlo, cantando a la par o secundándolo. Conscientes de ello –recuérdese
que, en las tratativas para su ingreso a Yes, habían discutido la cuestión con
Squire-, se trataba de un productor y luego cantante, cuyo rango de voz no era
el de su predecesor y con la contra que la banda tocaba las canciones en las
claves (musicales) que habían sido compuestas originalmente. Luego, el público
tenía muy arraigado el estilo de Jon en la manera de comunicarse en el
transcurso del show; siendo que Trevor Horn tenía su propia personalidad para
ello y que era la primera vez que se desenvolvía frente a grandes auditorios.
Agréguese el hecho que, por más precauciones que tomare y a medida que la gira
avanzaba, su voz se resintió y hasta no podía hablar.
En cambio, la parte inglesa del Tour no corrió con la misma suerte: la
prensa y el público fueron muy crueles con el grupo, durísimos y no perdonaban
el mínimo desliz que pudieren descubrir sobre el escenario, como ya se pudo
apreciar en la opinión de Alan White
(Nota Nº 14). En algunos momentos
del show, reclamaban la presencia de Anderson e, incluso, la de Rick Wakeman. La
presión que sintieron los nuevos integrantes fue enorme; quienes arriesgaron y
dieron todo de sí cuando bien pudieron no aceptar el compromiso y seguir
disfrutando de una carrera propia que los situaba en la cima de los rankings
europeos. El público de Yes no estaba preparado para esta “transición no
suave” como la calificó Chris Squire años después, en un intento por darle
continuidad a la vida de la banda que parecía haberlo hecho todo ya.
Pasar
revista por algunas opiniones, reflexiones o respuestas brindadas por los
principales protagonistas varios años después ilustran claramente cómo ha
sido la evolución de los acontecimientos[15].
A saber:
Alan
White: “En el campo de Yes siempre creímos
en la frase ¨ganas algo, pierdes algo¨. Ganamos nuevos fans, perdimos viejos
fans. Tienes que ver a Yes como un huevo que rueda por una gran montaña. En un
punto, el huevo se verá sucio y, aunque ahora está cubierto de musgo y tierra,
el huevo mismo permanece intocable. Y como en la vida diaria, ese mismo huevo
cada tanto se resquebraja… No olviden que agotamos las entradas de cuatro
Madison Square Garden seguidos con Trevor y Geoff, algo que nunca logramos con
las otras alineaciones. Recuerdo que Trevor se alejaba más y más del micrófono
durante las notas altas de “And You and I” simplemente porque no tenía el
volumen y tono de Jon. Exactamente contra esos elementos fue que la gente
reaccionó. Nunca se le atribuyó crédito por el material de Drama a Trevor,
pero los medios lo matarían una y otra vez en relación al material de Jon.”
Steve
Howe: “Por momentos, el público en
Inglaterra estaba gritando ¨¡Nosotros queremos a Jon!¨ y entonces gritaron
¨¡Nosotros queremos a Rick!¨ habitualmente en el momento más crucial. Éllos
realmente lo hicieron para nosotros, en esa gira. Uno de los horribles lugares
fue Lewisham, en el sur de Londres, y el otro fue Brighton, donde fuimos
incinerados por la audiencia. No era así todo el tiempo, pero había gente que
estaba en desacuerdo con Trevor. Y es una largo camino cuando vos tienes que dar
esos pasos e subir al escenario. Esperaba que esa gente gritando
había pagado para ver un concierto. Pero si ellos estaban expectantes
porque fuera como en los viejos días, estaban equivocados. Nosotros teníamos
un nuevo álbum por completo, nada del cual fue compuesto por Jon o Rick.
Nosotros pensamos que salíamos en esos términos pero, por supuesto, no fue así.
Nosotros salimos con una historia y con expectativas.”
Chris
Squire: “Muchos fans de Yes quienes
vinieron a ver los shows con Trevor cantando pensaron que fue realmente bueno.
Disfrutaron el cambio. Pero estoy seguro que hubo un igual número quienes
buscaron ver a Jon y a Rick, y estuvieron en desacuerdo. Era difícil saber qué
hacer realmente. Teníamos una gira lista, la cual estaba totalmente vendida.
Debimos haberle dicho al público que devolviera sus entradas porque la banda
había cambiado; o seguir adelante y que fueran, y vieran qué sucedía. Y
nosotros optamos por hacer lo último…”
2.a.5.-
En el final, luego de la gira y Navidad, la banda se reunió para
analizar todo lo sucedido y debatir su continuidad o no. Como recuerda Geoff
Downes: “al final de 1980 la palabra era… ¿esto va a funcionar? ¿Podremos
seguir adelante y hacer otro álbum?.
El consenso general fue ¨NO¨…”. De movida, Brian Lane fue despedido como
manager de Yes; después, Trevor Horn –muy decepcionado con su
rol- renunció a seguir como cantante y lo que vino fue una suerte de
desbande generalizado en múltiples direcciones, poniendo blanco sobre negro en
abril de 1981, con un simple comunicado de disolución.
Trevor Horn y Geoff Downes retomaron su proyecto “Buggles” y editaron
un segundo álbum, llamado “Adventures in a Modern Recording” (1981), que no
tuvo la repercusión ni éxito que su antecesor, pasando sin pena ni gloria.
Luego, Horn se dedicaría de lleno a la producción, mientras Geoff Downes se
uniría a Steve Howe; y, junto a John Wetton [Ex King Crimson y U.K] y Carl
Palmer [Ex Emerson, Lake & Palmer], formarían el primer supergrupo de los
ochentas: Asia con un debut exitosísimo. Y, finalmente, Chris Squire y Alan
White decidieron seguir unidos. Primero, se aliaron con Jimmy Page
(recientemente disuelto Led Zeppelin), para un frustado proyecto llamado XYZ.
Después, prosiguieron ensayando y componiendo juntos –editando un simple de
buena difusión navideña: “Run With The Fox” (1981)- para finalmente
encontrarse con Trevor Rabin y el resto es historia conocida.
2.b
Drama en
retrospectiva
Estableciéndose
el mes de abril de 1981 como momento final de la primera parte de la historia de
Yes, comprensivo del “Período Drama” en su último año, se da inicio a lo
que puedo denominar como “Drama en retrospectiva”. Una franja temporal
extensa, que lleva treinta años ya, y que siempre será así.
2.b.1.-
Trevor Horn, 90.125 y después … . Dicho
lo primero, paradójicamente, observo quizás el principal legado de “Drama”
muy cerquita a su tiempo: la producción del multiplatino y exitosísimo álbum
(de 1983) 90.125. La totalidad de la
crítica especializada y hasta algunos de los integrantes de la banda
(protagonistas o no de aquel suceso) ven a ese álbum como el comienzo de una
nueva era –el “Yes de los Ochentas”-; y no sólo por las razones cronológicas,
sino por el cambio de dirección artístico-musical, que principalmente obedeció
al ingreso de Trevor Rabin y –en parte- a la decisión de Chris Squire y Alan
White de “repensar la banda”, luego del fallido intento de XYZ junto a Jimmy
Page. Cambio con el que Trevor Horn estuvo muy comprometido -al ser convocado
por sus ex compañeros- en el rol por el que obtiene hasta nuestros días su
prestigio y público reconocimiento: productor.
Su
participación en la producción de 90.125 fue crucial y determinante para el éxito
comercial y, correlativamente, el renacimiento de Yes en los Ochentas. Dicha
visión, en mi opinión, es parcialmente correcta (De hecho, yo mismo pertenezco
a esa “nueva” generación de jóvenes –por entonces- que Yes reclutó
desde 90.125) porque desde hace varios años tengo la convicción que, sin
atravesar por “Drama”, nada de ello hubiera sido posible; ó no hubiera sido
posible del modo que sucedió. Por supuesto, sin restar méritos principalmente
a Trevor Rabin y Chris Squire, que lo tienen y mucho en la arquitectura de dicho
proceso.
Reconocido
por el propio Chris Squire, Trevor Horn tenía entonces un exacto y cabal
conocimiento del grupo precisamente por haber pertenecido a él. Sabía de la
capacidad creativa e instrumental de sus compañeros, conocía su lógica
interna, y –pese a lo incipiente de su trato- coincidía en muchos aspectos
con Trevor Rabin, que (además de multiinstrumentista, director de orquesta y
prolífico compositor) también era productor. Contando con los demos de
preproducción y la ayuda de Rabin, Trevor Horn llevó el álbum un paso más
adelante, mejorando su sonido, dándole una impronta algo más digitalizada con
la nueva tecnología de entonces, haciendo de 90.125 un álbum de vanguardia,
anticipado a su tiempo[16],
marcando un hito en la industria musical y (a la vez) grupal, porque nunca antes
YES había atravesado por un mega éxito de esas proporciones. Inclusive, la
historia cuenta que hasta tuvo que re-hacerlo cuando la invitación a Jon
Anderson, para probarlo cantar en alguna composiciones, derivó en la decisión
que sea él -y no Rabin, Squire o el propio Horn- quien asuma el rol de cantante
líder en el álbum.
Desde
luego, el cambio de rumbo estilístico-musical fue una consecuencia indudable
del ingreso de Rabin (quien ya tenía el material del disco preconcebido y en él
trabajaron junto a Chris Squire, Alan White y Tony Kaye, entonces “Cinema”).
Un estilo melódico pero orientado mucho más al rhythm & blues, pegadizo y
en algunas canciones bailable tanto como “pesadito” en otras; en todo caso,
apto para FM, discotecas y amplia difusión comercial. Pero huelga reconocer que
“Drama” fue el catalizador (esa “transición no suave”, como la calificó
diplomáticamente Chris Squire en las entrevistas del DVD 9012Live) que facilitó
el subsiguiente cambio y la aceptación masiva, traducida en las ventas
millonarias del álbum y una exitosísima gira, que los llevó a “nuevos
mercados” y cautivó una nueva legión de fans en todo el mundo. “Drama”,
como ya he afirmado, supuso –en su momento- un corte con su pasado reciente en
lo estilístico (un sonido más contemporáneo y, por momentos, metálico; un
estilo mucho más directo en las letras y un equilibrio musical producto de la
labor mancomunada de sus miembros)[17],
salvo una característica idiosincrática e ineludible: el “tratamiento YES”
que se le da a las composiciones, durante su proceso de creación[18].
De hecho, poco antes de partir, Jon Anderson afirmaba que, por entonces, en Yes
“…estamos tocando demasiado rock and roll. No es lo suficientemente sutil.
No es muy delicado.”[19]
Pero
la sociedad Trevor Horn & Yes no tuvo larga vida. Listos para afrontar la
grabación del álbum subsiguiente a 90.125, “Big
Generator” no tuvo la misma suerte lamentablemente. Las luchas internas,
“facciones guerreras” como las denominó Horn, la discrepancia de orientación
unívoca en las composiciones que se ofrecían, la presión de la discográfica
Atlantic por obtener un igual o mejor suceso comercial que 90.125, la
acostumbrada lucha de egos, el éxodo de lugares de grabación (de Italia a
Inglaterra, para terminar volviendo a Los Ángeles, E.E.U.U.) y la manifiesta
disconformidad de Jon Anderson con la orientación que se le estaba dando al
disco, hicieron de “Big Generator” una experiencia traumática, con Trevor
Horn creyendo que era imposible terminar el álbum[20]
y renunciando/despedido (según cuál sea la fuente de información), en
consecuencia. Desde ese entonces hasta el 2010/2011, su relación (pública) con
Yes pasó por concurrir a verlos a varios recitales, obtener un agradecimiento
expreso –junto a su esposa- en el álbum “Magnification”,
presenciar el set que la banda ofreció en su concierto “Homenaje al
Productor” en el 2004, eventualmente aceptar –en algunas fechas- subir a
cantar alguna canción en el fallido intento de “The More Drama Tour” (2005)
y estar en contacto con algunos miembros, dada la amistad que con ellos mantiene
(G. Downes, S. Howe, T. Rabin, C. Squire y A. White)
2.b.2.-
9012Live (la gira). Por otro
lado, si se presta atención, la organización del repertorio para la Gira de
90.125 guarda notables similitudes o paralelos con la de Drama, de 1980. Quien
tenga la posibilidad de acceder a material e información de entonces, comprobará
–como yo lo hice- que ambas consistieron en presentar casi totalmente el álbum
que estaban promocionando, dar un espacio personal para los guitarristas y
tecladistas, institucionalizar el “Whitefish” (un solo de bajo y batería,
comprensivo de “Amazing Grace”, “The Fish” y ciertos fragmentos de
algunos temas, adaptados) –que va evolucionando con el transcurso de las
giras, hasta estos días-, y tocar algunas canciones de la trilogía dorada (“The
Yes Album”, “Fragile” y “Close To The Edge”), más algún otro
tema aislado, de la discografía, según la ocasión o show. Así, canciones
como “Yours Is Not Disgrace”, “Starship Trooper”, “Roundabout” y
“And You And I” constituyeron –entre otras- un lugar común de
interpretación en ambas giras; mientras que los “aislados” por cada gira,
por ejemplo, lo fueron “Parallels” (en 1980) y “Soon” (versión vocal,
en 1983-85).
2.b.3.-
Geoff Downes y su buena predisposición. El
caso de Geoff y su relación con Yes, a lo largo de los años, es muy diferente
al de su compañero Trevor Horn. Según la opinión de Steve Howe, siempre que
se le ha preguntado a Geoff si estaba dispuesto a reingresar a Yes, su respuesta
fue positiva y –a la vez- es obvio que, ante las idas y vueltas de Wakeman,
Downes también estuvo considerado desde siempre en la nómina de tecladistas a
convocar, contando con el beneplácito de Chris Squire y Alan White, además de
Steve. Es decir, Geoff siempre tuvo buena disposición para con el grupo; e,
incluso, estuvo muy cerca de incorporarse efectivamente cuando Rick Wakeman
abandonó la nave, tras la grabación de los temas de estudio de la zaga “Keys To Ascension”. Según consta en las entrevistas que Steve
Howe dio a Chris Welch, para su libro “Close
To The Edge. The History of Yes”, el escaso espacio que Billy Sherwood le
dejó a los teclados en lo que después se editaría como “Open Your Eyes”
(1997) y la insistencia de Jon Anderson por elegir a Igor Korhoshev, fueron las
determinantes para que Geoff siguiera con Asia, su proyecto[21].
No tuvo problemas en participar en Yes, durante el Homenaje a Trevor Horn,
subiendo a tocar -con esa rara alquimia formada por Steve Howe, Trevor Rabin,
Chris Squire y Alan White- los temas “Cinema”
y “Owner of a Lonely Heart”;
como tampoco en sumarse a la convocatoria de Alan para grabar con su grupo el álbum
“White” (2006). Grupo que participaría también en la iniciativa “The
More Drama Tour”, junto a Steve Howe solista y Chris Squire con su grupo
“The Syn”.
2.b.4.-
Las canciones de “Drama” y las giras de Yes, post 1980. Las
últimas consideraciones de esta retrospectiva se destinan a las canciones de
“Drama” como parte del repertorio en las Giras de Yes. Lo curioso al
respecto es que, frente a declaraciones hechas por o referidas a Jon Anderson y
Rick Wakeman en orden a no existir problemas en tocar ese material, nunca han
sido interpretadas mientras ellos integraban la formación, salvo fragmentos de “Tempus
Fugit” en “Whitefish” (solo de bajo y batería) que va evolucionando a
medida que pasan las giras. Si bien es redundante reconocer al artista su
derecho a planificar el repertorio, así como también aceptar que no se puede
conformar a todo el mundo, entiendo que hubo ocasiones propicias –como la gira
del XXXVº Aniversario, 2004[22]-donde
hubiera sido atinado incluir alguna canción representativa de ese período.
Recién en el “In The Present World
Tour” (2008-2010) pudimos escuchar “Tempus
Fugit” y “Machine Messiah”
(con Oliver Wakeman en los teclados y Benoit David en voz), obteniendo muy buena
reacción y respuesta del público. Incluso, la historia registra una gira
conjunta con Asia en el 2010; circunstancia propicia para que Geoff fuera
invitado a tocar esos temas en el set del grupo -los fans en sus reviews de la
sección respectiva de www.yesworld.com así lo hacían notar-, pero no pudo
ser.
3
En
definitiva…
Estoy
convencido que la trayectoria posterior de Yes (con sus idas y vueltas,
conflictos que llegaron a juicio, cambios de formación y de sellos discográficos,
alternancias de direcciones musicales, etc.) termina muy bien calificando a
“Drama” como álbum –sin llegar al status de “Close To The Edge” o
“Fragile”, por ejemplo. Fue evidente que, por mejor buena voluntad que
pusiere, Trevor Horn “no iría a aprobar el examen” porque su registro vocal
y personalidad no era el de Anderson, ni el público de Yes estaba preparado
entonces para aceptar cambios tan drásticos. Adviértase, aunque más
desapercibidamente, que tampoco Geoff tuvo aceptación entonces, siendo que sus
circunstancias eran bien diferentes: Yes ya había cambiado cuatro veces su
tecladista y hasta se produjo algo que más tarde sería natural, el
ingreso-egreso-reingreso de miembros del grupo (empezando por Rick Wakeman, en
esa misma época). Sustituir a un músico era un hecho constante en Yes;
mientras que sustituir a Jon Anderson era una herejía, algo inaceptable.
Incluso, aún hoy en día, para una importante cantidad de fans, luego que tanta
agua transcurra debajo del puente. Bah! Hasta se podría calificar de una
especie de “fundamentalismo”. Como con Ray Wilson, en Genesis de 1997, nadie
tuvo la paciencia suficiente para conceder a dicha séptima formación la chance
de una continuidad que permitiera evolucionar y, luego, sí evaluar la
tendencia. Con Benoit David, los fans acérrimos de Yes siguen mirando la banda
bajo la lupa, siendo que su registro es más apropiado que el de Trevor en su
momento, y cuestionando el que sea cantante de una banda tributo.
De
dicho período, la única asignatura pendiente sería editar un álbum en vivo
oficial (con la calidad y la supervisión artística que se merece), si es que
existe un registro aceptable de la totalidad de un concierto -¿Madison Square
Garden, del 4, 5 o 6 de Septiembre de 1980 tal vez?- y dada la tendencia de
estos últimos años en editar material de archivo (por ejemplo, el “Union
Tour” en este 2011). Porque el admirador siempre quiere más y con los tres
temas dispuestos en el Disco 3 de “The
Word is Live” no le alcanza, como tampoco los piratas que andan sueltos
por ahí[23].
PERO, más que un intento fallido por dar continuidad a una banda que ya lo había dado todo –parafraseando algo que he leído en una publicación sobre Yes-, para mí DRAMA significa una bisagra en la historia del grupo. Un período y álbum injustamente calificado, sin que siquiera se repare –como eximentes- en el contexto musical y del propio momento por el que estaban atravesando. Aún así, siempre se dice que el tiempo acomoda las cosas en su lugar y –como afirma John Bollenberg, en una entrevista hecha a Alan White[24]- “… Viendo las cosas en perspectiva, debemos admitir que, después de todo, Drama no es un álbum tan malo y tanto Horn como Downes hicieron un muy buen trabajo.”. Observación que comparto en un ciento por ciento; y que constituye mi conclusión a esta primera parte.
Hugo Lagar
Burzaco, Abril del 2011.
ANEXO
Para
acompañar este extenso artículo, me pareció una muy buena idea transcribir y
traducir/adaptar la evolución del Período DRAMA (1980-1981) en las palabras de
Steve Howe, Chris Squire y Alan White de los capítulos respectivos Edición en
DVD de “Yesyears” (Atco., 1991), a modo de ilustrar con el testimonio
fidedigno en las voces de algunos de sus protagonistas. Lo que sigue, en
consecuencia, es la secuencia misma de dichas opiniones, respetando el orden de
la secuencia de filmación.
Steve Howe:
Chris, Alan y yo teníamos una idea acerca de la dirección, basada en un trío
liderado por la guitarra.
Alan White:
Entramos en un período donde Steve, Chris y yo estuvimos ensayando en un pequeño
estudio, en Londres, llamado “Rodan”, y tirando solamente un montón de
ideas. En la puerta siguiente, estaban Trevor Horn y Geoff Downes, quienes eran
“The Buggles”, tenían un simple muy exitoso y eran fans de la música de
Yes.
Chris Squire:
Ellos vinieron a nuestro manager de aquel momento –Brian Lane-. Le preguntaron
si podía representarlos y el aprovechó la oportunidad. Esta banda caminaba en
quienes tenían un simple Nº 1 por todo el mundo… ¿Por favor, puedes
representarnos? “Ok. Tomaré mi 20% si Uds. Quieren…”
A.W.:
Lo siguiente fue ellos, en nuestra sala, tocando y cantando con nosotros. Lo
cual nos condujo hacia el álbum “DRAMA”.
S.H.: Fue
una grabación muy divertida de hacer. Lo tengo muy cerca a Trevor. Nosotros
hicimos toda suerte de cosas juntos. Y Chris lo manejó convencido que Trevor
podría hacer todo y cantar en el escenario.
Ch. S.: Con
Jon y Rick fuera del cuadro, esperaba que Alan, Steve y yo trabajáramos muy
duro, tratando de asegurar así que
la música surgiera.
A.W.:
Musicalmente, había un montón de credibilidad. Había mucho de grandes
interpretaciones y de música allí. Y, por supuesto, continuamos aquello con
una gira, con la misma formación.
S.H.:
Jon era una persona increíble para reemplazar… Así que, para Trevor, no era
exactamente su sueño. Pero el sueño de Chris tampoco era realmente una
realidad. Él [N. de T.: por Trevor Horn] no pudo tomar las canciones de Jon y
cantarlas tan hermosamente como Jon.
Ch. S.:
Aún al día de hoy –ahora él es uno de los mejores productores en el mundo-,
cada vez que lo veo, sigue diciendo “Todavía tengo esa pesadilla recurrente
donde estoy en la limusina con vos, en camino al Madison Square Garden, y pones
el walk-man y decís “Trevor, solo escucha la cinta, que nunca escuchaste
antes, pero si la revisas ¡Nosotros podemos hacerlo esta noche!”
S.H.:
Pero la forma con que Trevor manejó esto fue estupenda. El luchó como un
soldado para tratar y hacer lo más que pudo para mostrarlo como lo mejor.
Ch. S.:
Yo estaba muy orgulloso que él trató de adaptarse para estar dispuesto a
hacerlo…
A.W.:…
y a hacer algunas cosas siguiendo las huellas de Jon, a quien casi idolatraba,
antes de aquello. Fue muy duro para él hacerlo… y, después de aquella gira,
todo otra vez desapareció. Y Trevor volvió a la producción.
S.H.:
Geoff tenía la idea de querer hacer el próximo disco de “The Buggles” y
otras cosas. Y así, en consecuencia, una vez realizado aquello, él estaba en
Asia conmigo.
A.W.:
Chris y yo nos mantuvimos juntos, componiendo. Pasamos un período con Jimmy
Page trabajando…
Ch. S.:
Esta gran teórica banda es la que iba a ser llamada XYZ: “ex Yes,
Zeppelin”. Y muy apropiadamente.
A.W.:
Nosotros grabamos cinco o seis canciones con Jimmy y eso eventualmente se
disolvió, otra vez, por problemas de managers.
Ch. S.:
Queríamos seguir con producir algo y así, alrededor de aquellos tiempos,
empezamos a buscar nuevas ideas…
A.W.:
Atlantic Records, Chris y yo seguíamos deseando y preguntándonos cómo
promover, alentar la carrera de Yes; y ellos nos sugirieron que intentáramos
con un guitarrista llamado Trevor Rabin.
Ch. S.:
Extrañamente, dos años antes de aquello, me fue dada una cinta de Trevor Rabin
por Brian Lane…
CONTINUARÁ
[1]
El origen de esta idea se remonta a
1997. Venía de entrevistar a Ray Wilson (entonces, reemplazante de Phil
Collins en Genesis) y conversábamos con Andrés P. Valle y Jorge Piazza
acerca de mi ingreso a la Asociación Argentina del Rock Progresivo, cuyo órgano
de difusión era la REVISTA MELLOTRON. Jorge Piazza me expresaba su deseo,
por ejemplo, de tomar un disco como “Drama”
y analizarlo desde diversos ángulos y perspectivas; qué pensaban sus
protagonistas y miembros de Yes que no participaron, etc. Un mes atrás, en
una cena junto Felipe Surkan (Viajero Inmóvil Records), Gustavo Bolasini
(amigo y conductor-productor radial de “El Retorno del Gigante”) me
desafía con preguntas sobre novedades de Yes y allí me entero. Ok., he aquí
el artículo.
[2]
En www.yesworld.com,
la página oficial de Yes, se puede profundizar acerca de la producción de
Horn del álbum para el sello Frontiers Records, en una declaración fechada
el 30 de Marzo del 2011.
[3]
En su página oficial (www.oliver-wakeman.co.uk),
sección noticias, 2011, por un anuncio fechado en 9 de Abril, se informa
que la decisión de dejar Yes no está originada en Oliver y que no se sabía,
hasta ese momento, cuáles de
las varias contribuciones de Oliver para el nuevo álbum de Yes existirán.
Se agrega que Oliver ha compuesto y ha tocado en un número de canciones de
las nuevas grabaciones de Yes como también que la permanencia de sus partes
o las canciones es desconocida al momento., En todas maneras, se imaginan
que, con este cambio de alineación, los fans tendrán la expectativa de
escuchar a Geoff en el álbum y no a Oliver. También, que Oliver no
participará en el Tour del Verano en E.E.U.U. ni en el de otoño en Europa.
[4]
Leer en www.yesworld.com el anuncio
oficial, fechado en Abril 6 del 2011: “Yes y Stix co-headlining U. S.
Summer Tour”, comenzando el 4 de Julio y concluyendo el 3 de agosto, ambos
del 2011.
[5]
Citado en Edición
Especial “Yes. Un recorrido por su
Historia” de la Revista MELLOTRON. Bs. As., 1998. Pág. 14.
[6]
Hay una anécdota muy peculiar que asocia nuevamente a Bill Bruford con YES:
se decía que Bill había participado en la grabación del demo de esta
canción. Sin embargo, Geoff Downes aclaró –en una entrevista de Mike
Tiano- que: “… No estoy seguro si
Bill estuvo involucrado. Pienso que fuimos principalmente Chris, Trevor y
yo, más Paul Robinson, quien tocó la batería. Quien actualmente tocó en
el show del Tributo…” [a Trevor Horn, como Productor] “…Él
era el baterista de Buggles, básicamente, y pienso que él toco la batería
en el demo original. Nosotros trabajamos con Bill Bruford en otra canción,
pero no creo que ello devino en nada específico… nunca sucedió
realmente.”
Extraído
de “Notes From The Edge”. Conversación con Alan White &
Geoff Downes. Del 22 de Julio del 2005. Por Mike TIANO. nfte # 296. http://nfte.org/interviews/AWGD296.html.
Pág. 4
[7]
Continuando con Geoff en la entrevista de nota previa, éste afirmó que “No
fue tan malo para mí porque yo estaba reemplazando a Rick, y vos sabes que,
obviamente, tenías a Tony Kaye y Patrick Moraz antes que a mí; así que el
rol de tecladista no era tan apreciado para un montón de fans de Yes…” ante
la pregunta de Mike TIANO acerca de si experimentó una reacción negativa
directamente de los fans, dentro o fuera del escenario. Entrevista
citada en Nota Previa, pág. 8.
[8]
Decía HORN en su
oportunidad: “Estaba muy preocupado.
Ya habíamos tenido algunas discusiones con Chris sobre eso, y yo le decía
todo el tiempo ´Nunca va a funcionar. No voy a pararme ahí en vez de Jon
cantando Starship Trooper. Pero lo que nos convenció fue escuchar el sonido
de la banda. Escribimos “Machine Messiah” en un día en el estudio. Y
nunca había escuchado tocar tan bien a una banda, y pensá que, como
productor, yo había escuchado a muchas bandas.”
Opinión
citada en la REVISTA MELLOTRON. Edición Especial “Yes.
Un recorrido por su historia”. Bs. As., 1998. Pág. 15.
[9]
Señalaba Geoff respecto de “We Can Fly..”, en la entrevista con Mike
TIANO, que “… por el tiempo que
hicimos el otro material para DRAMA, aquélla en particular corrió la
suerte de quedar un poco de lado y no pudimos tenerla en el álbum. Así que
no quedó completa en el estudio (las grabaciones de DRAMA del estudio de
Eddie Orford); pero la tocamos en vivo y pienso que la versión en vivo fue,
actualmente vista, mucho más
impactante entonces que la versión de estudio en la que estábamos
trabajando… Bueno, pienso que, por estar concentrado en el otro
material… Vos sabes, eran los días del vinilo…”. Mientras que,
junto a Alan White, completaban la idea agregando simplemente que “…no
había espacio.” [A.W.] y “Tú
tienes ciertos físicos aspectos de… nosotros teníamos mucho material
para poner en dos lados del vinilo, tan simple como eso.”
TIANO,
Mike. Entrevista citada, pág. 4
Chris
Squire: “Por supuesto, nosotros
hicimos el álbum DRAMA, con Trevor y Geoff, previo a aquella gira [N.
de A.: en referencia a la gira pre-agendada para verano de 1980, ya
mencionada] y fuimos muy apurados haciéndolo.
Actualmente terminó siendo un muy buen álbum pero debimos haberlo hecho
con un poco más de tiempo. Estuvimos trabajando dieciocho horas por día
para tenerlo terminado antes de tener que hacer la gira.”
WELCH,
Chris. “Close To The Edge. The History of Yes”. Págs. 189/190.
[10]
En esta originaria versión de la formación clásica, el comienzo es
liderado por el bajo de Squire con un aire muy crimsoniano de la época
1972-1974.
[11]
WELCH, Chris. Obra
Citada, Pag. 192.
[12]
Opina Chris WELCH al
respecto: “Este destacable y atractivo tema tiene algo de la mejor
interpretación al unísono de la banda, con Downes en particular tocando
con toda la velocidad y destreza de su ilustre predecesor”
Ob.
Citada, pag. 192.
[13]
Espacio que evolucionaría con el tiempo, convirtiéndose en lo que luego se
conocería con el título “Whitefish”, a partir del álbum “9012 Live, The Solos”
(1985).
[14]
Reconoce
Alan en la Entrevista a Mike TIANO que “… Pero, créanme, los fans de
Yes siendo como son, estaban mirándolo como halcones y cualquier cosa que
él pudiera haber hecho mal se lo hubieran hecho notar. De cualquier manera,
para mí, pienso que, como puntos altos de aquella gira, ambos, Geoff y
Trevor, hicieron un trabajo tremendo justamente calzándose esos zapatos.
Pero el hecho era que nosotros habíamos grabado con una nueva banda, con
nuevo cantante y un nuevo tecladista, tocando viejo material pero realmente
también con realmente muy moderno y nuevo material que pensábamos en aquel
momento. Y para agotar entradas en el Madison Square Garden tres noches, fue
un muy buen empujón.
[15]
Alan White: Extractado de la
Entrevista que John Bollenberg le hiciera, publicada por la Revista
MELLOTRON. Edición Año 8. Numero 32. Bs. As., Mayo 2004. Steve
Howe y Chris Squire: extractados de la Ob. Cit. de Chris WELCH, pag.
194.
[16]
Incluso, aún hoy en día, 90.125 se
percibe y escucha como un álbum fresco, vital, pese a ser de 1983.
[17]
Abonando mi afirmación, cito la opinión de
Rick Wakeman, en una entrevista dada muchos años después, acerca de quien
fue su mejor reemplazante durante la carrera de Yes: “Esa
es de verdad una buena pregunta. Debo analizarlo desde una perspectiva en
cuanto a contribución. Extrañamente, debo elegir a Geoff Downes, por lo
que hizo en Drama, porque hubo un estilo distintivo en ese disco, ya que Jon
y yo habíamos dejado al grupo.”
Entrevista
concedida a John Bollenberg, publicada por la Revista MELLOTRON. Año 8, Número
32. Bs. As., Mayo del 2004. [Traducción de Andrés P. Valle].
[18]
Tan sólo repárese en escuchar, para advertir la diferencia, las dos
versiones editadas de un tema conocido
como “Into The Lens” en Yes (Drama) o “I´am a Camera” en el 2º álbum de The Buggles. Algo que Chris
Squire señaló, en la reseña histórica que acompaña la edición en VHS “Greatest
Video Hits”. Atco, 1991.
[19]
Citado por Andrés P. Valle, en la
Edición Especial “Yes. Un recorrido
por su Historia” (con motivo de la entonces 4ª visita de Yes) en
Revista Mellotron. Bs. As.,
Mayo de 1998. Pág. 14.
[20]
Conforme la Obra de Chris Welch, “Close
to the Edge. The History of Yes”, pag. 219.
[21]
WELCH, Chris. Ob. Citada, pag. 246.
[22]
Fijarse, por ejemplo, que en esa gira fue interpretada “The
Meeting” al principio de la larga sección acústica, un tema de ABWH;
mientras que Steve Howe tuvo que tocar “Owner
of a Lonely Heart” (en versión acústica) y “Rythm
of Love” –ambas de la era Trevor Rabin- pese a su reconocida
reticencia e indisimulable fastidio facial.
[23]
Ese álbum triple, editado por el
Sello discográfico Rhino, contiene temas representativos de cada época,
hasta 1988, cubriendo un espectro (giras) no previsto en los álbumes en
vivo de la banda y cuidando de no interferir con dichas ediciones. Del
“Drama Tour”, se rescatan del concierto de New York -en el MADISON
SQUARE GARDEN, inicios de Septiembre de 1980- las canciones “Go
Through This”, “We Can Fly From Here” y “Tempus
Fugit”. Piratas no hay muchos, contrariamente a lo que se cree, de la
más diversa calidad sonora, siendo los del M. S. G. o “Yes.
Complete Dramatized Tour” (del sello Highland y conteniendo el
concierto brindado en Hartford, el 1/9/80) los más factibles de ubicar.
[24]
BOLLENBERG, John. Entrevista a Alan
White, publicada y traducida por Andrés P. Valle, para la Revista MELLOTRON
(Argentina). Año 8, Número 32. Bs. As., Mayo del 2004. Págs. 12 y s.s.