Ünder Linden

Rio Art Rock Festival 2008

Brasil

 

Nuevamente visitamos la querida ciudad de Río de Janeiro en Brasil, para la decimotercera edición de este que es uno de los mas antiguos y prestigiosos festivales de rock progresivo del mundo, el Rio Art Rock Festival.

Y no era un festival más para nosotros, ya que volvíamos a acompañar y presenciar la actuación de una banda argentina, los queridos amigos de Ünder Linden (además,  una de las mejores bandas progresivas argentinas de la actualidad), como lo hicimos en el R. A. R. F. 99 con la actuación de Nexus, donde además fuimos parte,  ya que organizamos en nuestra ciudad el Buenos Aires Prog compartiendo algunas bandas de ambos eventos junto a nuestro amigo Leo Nahoum productor del evento y titular de sello progresivo “Rock Symphony”, o cuando impulsamos la participación y acompañamos luego a la reunión de Alas en el 2003.

La cuestión es que nuevamente estábamos en Río, una fantástica ciudad, capital de Brasil hasta mediados del siglo pasado, que perdió esa condición a manos de la moderna Brasilia, pero no su ebullición, efervescencia, belleza y claroscuros, todo lo contrario, sigue demostrando que tenía razón Charly por oposición con eso que “la alegría no es solo brasilera”, esta vez estuvimos en la parte bohemia, antigua de la ciudad, la zona de Lapa, con sus casas coloniales, sus famosos arcos del siglo XVIII transportadores del agua en aquel entonces y de un viejo tranvía hoy, pero parte de la ciudad es portadora de una eterna alegría popular,  con música a todo volumen  y gente en las calles luego de la hora del trabajo,  mucha cerveza y diversión.

Pero este año el festival se iba a desarrollar en otra zona, en la ciudad de Niteroi, que queda enfrente a las maravillosas y mundialmente conocidas playas de Río (que Jobín y Vinicius inmortalizaran en Garota de Ipanema), y que se accede por un puente de trece kilómetros de largo vía terrestre, o en unos modernísimos y cómodos barcos por  mar. Hasta allí acudimos, al Teatro Popular de Niteroi, un moderno complejo construido por el famoso arquitecto Oscar Niemeyer (diseñador de los principales edificios de Brasilia) hace pocos años,  con gran escenario y una disposición parecida a un anfiteatro, que hace una visión esplendida desde cualquier lugar, con un diseño futurista y casi cuatrocientas butacas disponibles.

En ese marco, se desarrollaría el festival, con las bandas “Alpha III” oriundos de Sao Paulo, los locales de “Aether” y los platenses de “Ünder Linden”.

Una organización excelente, la prueba de sonido y todo el evento se realizaron en tiempo y forma, la prueba por la tarde terminando temprano, lo cual dejó el teatro listo para el ingreso de la gente desde las diecinueve horas. (El show estaba anunciado a las veinte)

Los puestos de venta de discos, tan tradicionales en estos eventos, estaba al ingreso del complejo junto al buffet, allí hicieron su presencia los distintos sellos progresivos,  como Rock Shymphony, nuestro amigo Felipe Surkan con su sello argentino Viajero Inmóvil (editor de Ünder Linden), Masque Records, etc.  Punto de encuentro de todos los amigos de Brasil, como el entrañable amigo Ary Moura, baterista de Tempus Fugit, Rodrigo Wernek de bajos D´Alegría, Gustavo de Masque Records, Marcelo de Rock Symphony, entre muchos mas, que siempre es una alegría ver en persona además de poder hablar de música (aunque siempre la seguimos por vía electrónica).

La cosa es que a las veinte horas con el teatro llenándose y con buena cantidad de público presente, arrancó el show del proyecto “Alpha III”, un proyecto experimental  formado desde los años setenta por el multi instrumentista Amyr  Cantúsio como ensamble electrónico – progresivo con más de diez discos editados, ahora conformado como  trío de dos teclados y batería, por su líder Amyr Cantúsio Jr (una especie de Zappa de Sao Paulo) en teclados, Fabio Fernandes en batería y Marcelo Diniz en teclados adicionales , que realizó un interesante show, en una línea cercana a Tangerine Dream, jam sessions que mezclan la electrónica con climas sicodélicos y rock progresivo, y por otros momentos en formatos cercano a la canción (incluso versionando a Peter Hammill), destacándose más en las partes experimentales mas potentes, brindaron un show de casi una hora efusivamente saludado por sus seguidores.

Luego de una pausa para un refrigerio,  para ver discos y charlar con amigos, fue el turno de los locales de “Aether” (nombre griego que quiere decir “la real quintaescencia de toda la energía posible”), banda integrada por el pintoresco y amable Vinicius Brazil en guitarra eléctrica, Alberto Curi en teclados y voz, Fernando Carvalho en bajo y Mario Leme en batería.

Los músicos que forman la banda empezaron sus carreras musicales con el nombre “Albatroz” en la década de los años setenta, recién en 1995 forman “Aether” y graban su disco debut titulado “Visions”, formaron parte del referido R. A. R. F. 99, tocaron como apertura de Focus en el estadio Canec ão en 2003, en el 2005 tocan en el festival de aniversario del sello Rock Symphony adonde graban su DVD en 2005 y junto a Nexus y otras prestigiosas bandas participaron de la obra de concepto “Odisea”.

Ya con el teatro con nutrida concurrencia y muchos entusiastas seguidores especialmente presentes con remeras de “Aether” comenzó el show cerca de las veintiuna y veinte horas, y es de decir que brindaron un show excelente, sumamente ajustado y expresivo, con su sonido neo progresivo sinfónico, cercano a Camel por momentos, con un potente bajista, y una guitarra fraseando en primer plano, bañada por sinfónicos teclados, más una precisa y ajustada base de batería, hicieron su show basado en su último trabajo a la fecha “Inner Voyages Between Our Shadows” muy apreciado, y con una ovación de despedida, luego de una hora de música.

Entonces cundía la expectativa en el público por ver a la atracción central del festival internacional, la referencia era la mejor posible por su disco debut del año pasado, pero como nos dijera el amigo Rick Wakeman “la música es en vivo”, la expectativa era grande.

Así que casi a las veintitrés y treinta horas Leo Nahoum en off  convocó a la gente al número central y presentó “a la banda proveniente de La Plata, Argentina, Ünder Linden”, en medio de aplausos  y luces mortecinas,  se abrió el telón y comenzaron a sonar los primeros acordes de “El Conducto”, se veía muy concentrada y seria a la banda, que empezó a soltarse luego de la primera ovación de aprobación al finalizar el primer tema.

Así fueron transcurriendo los temas nuevos (como “Caminata Lunar” o el piazzollesco “Intertango” sumamente festejado por la gente) y los del primer disco, escuchados con gran atención por el auditorio, conmovió la belleza de “En La Piedad de Los Dioses”, o la potencia de “Tiburón en Marcha”, luego Mario bajó de la batería y presentó en “un aceptable portugués” (¿portuñol?)  a la banda, Roberto Medina en violín, Jorge Dal Cin en bajo, Gabriela González en teclados, Juan González  en guitarras, Ezequiel  Flores en teclados, y le pasó el micrófono a Jorge que lo presentó al propio  Mario Gimeno en batería llevándose una pequeña ovación por el esfuerzo de hablar en el idioma local, además de todos los músicos que fueron premiados con aplausos generosos.

Ya la banda completamente suelta y jugando casi de local, brindó un par de temas nuevos que serán parte de su segundo disco como el melódico y climático “Empatía” o el potente y vibrante “14/8”, para luego cerrar  con los clásicos, el emotivo “Danza de Ballenas” muy aplaudido y el brillante “Linden” que dio lugar a los típicos “duelos” de violín y guitarra primero, y con los demás instrumentos después, con brillantes ejecuciones de los músicos y gran sentido del humor para “actuar ese duelo”, que terminó con una explosión de aplausos y la gente de pié despidiendo a Ünder Linden.

Luego la hermosa rutina de saludar músicos, disqueros periodistas y amigos (todos ellos), y los compromisos de próximos encuentros, shows mediante, y la eterna melancolía del regreso con la satisfacción de haber presenciado otro gran evento histórica y la sensación generalizada del deber cumplido.

 

 

Gustavo Bolasini