“Rajaz”

Camel

Camel Productions – 1999

 

Que difícil iba a ser para Camel hacer un nuevo e interesante disco luego de su obra maestra “Harbour of Tears” de 1996, pensaba.

Latimer, guitarrista y líder de la banda, se tomó tres años para contradecir esa reflexión inicial, del mejor y contundente modo, con un nuevo trabajo conceptual, de enorme vuelo, profundidad y belleza, llamado “Rajaz”.

La obra está inspirada en la música oriental, lo cual está fielmente reflejado en el espíritu de la misma, dice el bello librillo que acompaña al CD, que se trata de:  “La música de poetas que transportaban las caravanas a través  de los grandes desiertos. Iban cantando con la simple métrica dada por el paso de los animales, en esos agotadores viajes, con un solo objetivo, llegar al fin de la travesía. Esta poesía llamada –Rajaz- es el ritmo del camello”, describiendo la parábola completa que conforma el trabajo y el grupo

Y este concepto está fielmente volcado a lo largo del disco, en forma de fina música, de místicos  pasajes, con la siempre conmovedora guitarra de Latimer en primerísimo plano, con la novedad de contar con abundantes guitarras acústicas armando delicadas texturas (inusual en Camel), con el bajo de Colin Bass generando colchones de sonidos en lugar del teclado, ya que a diferencia de los demás discos de ésta década de la banda, el teclado aquí decora los temas, además de una sólida batería.

Rajaz es una obra oscura, profunda, llena de belleza, que nos envuelve con el “sonido del camello” durante una hora, con seis temas cantados por Latimer (otra curiosidad, Bass no canta aquí), más dos instrumentales, acompañados por una lucida y acorde gráfica (es fantástico desplegar el libro interno y ver en su reverso a la guitarra transmutando en arena de desierto), para transportarnos a esa caravana de ensueño, para un viaje del cual Camel sea quizás una de las pocas grandes bandas de los setenta (junto a Yes y Jethro?), pioneras de un estilo que por otra parte ellas crearon, que logra aggiornarlo estupendamente bien al fin del milenio, demostrando que es posible conmover sin repetir fórmulas, ser una banda de rock sinfónico hoy sin merecer el despectivo mote de dinosaurio, siendo moderno sin necesidad de hacer vacío pop.

El “camello” sigue vivo, “progresando”, y lo celebra con una nueva fiesta para los sentidos.

Three wishes
Lost and found
The final encore
Rajaz
Shout
Straight to my heart
Sahara
Lawrence

Gustavo Bolasini